viernes, 25 de julio de 2014

Leyenda: La cueva de los Tué-Tué
(Leyenda Mapuche-Chile)                                

A  dos kilómetros hacia el oriente de Graneros está el "Cerro Grande", el mayor de todos, cubierto por péumos, espinos y litres, es el último en despedir el sol poniente. Abajo crecen arbustos que adornan las campiñas.
En el pequeño flanco, casi en la cima del monte, existe una cueva en la que entran los viernes, cientos de "chonchones" que se conocen también con el nombre de "Tué-Tué", por ser éste el grito característico de esta ave nocturna, parecida a la lechuza, que encarna a los brujos. 
La entrada de la caverna, que antes permanecía abierta, ahora está cerrada. Tiene a su alrededor una pequeña partidura redonda, especie de timbre, que tocan los brujos cuando llegan para abrir la puerta. Han tomado esta precaución, según ellos, porque la gente de hoy es más intrusa y curiosa que la antigua.

Los Tué-Tué, convertidos en brujos entran uno por uno y se van descolgando por la cavidad subterránea hasta llegar al "salón" donde se reúnen y tratan los acontecimientos últimos de su secta.
Concurren a la cueva de "Cerro Grande", brujos de, Machalí, Doñihue, Larmahue, Graneros, Rengo, Rancagua, Almahue Viejo, Rinconada, Cerrillos, Quinta, Coltauco y Tagua Tagua, los que al despuntar el alba empiezan a salir. Su griterío se escucha a lo largo y ancho de la comarca; entonces los pobladores, para que no se acerquen dicen: "Martes hoy, Martes mañana, Martes toda la semana".

Y según las creencias, si alguien los siente y les ofrece alimentos o prendas de vestir, vuelven al día siguiente convertidos en seres humanos a cobrar lo ofrecido y en caso de que no se acceda, la burla es castigada con males o enfermedades que sólo curan las "machis".
 
 
Comentario:
Esta leyenda  también es muy conocida debido a la frase; “Martes hoy, Martes mañana, Martes toda la semana”. Algunos habitantes del campo suelen oír a menudo el sonido que emiten los “chonchones” (también conocidos como “ Tue-Tué”), pero sin embargo no hay pruebas que demuestren enfermedades o males que causa esta especie.
Mis abuelos dicen a verlo escuchado pero a mí personalmente me aterroriza mucho saber que en cualquier momento puedo escuchar el sonido que emite esta especie.
                                                                                                               
                                                                                                                         Victoria Soto

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